ISABEL MONTIEL
Hoy en clase al ver el retrato de Carlos V, recordé una anecdota que me gusta mucho, sobre el Emperador y el pintor narrada por Pippo, hijo del Tiziano y escrita por Alfredo de Musset:
Fué en Bolonia, El Papa y El Emperador celebraban el ella un entrevista,
Mi padre se hallaba trabajando en un gran lienzo y subió a la escalera en que pintaba, cuando los alabarderos pica en mano abrieron la puerta y formaron alineados contra el muro. Detrás un paje anunció: "Paso al César". Unos minutos después apareció el emperador, embutido en su armadura, con su barba roja y sonriente.
Mi padre se hallaba confuso por su lentitud y su torpeza pero no se atrevía a apresurarse por miedo a causarse algún daño.
Entonces , Carlos V se adelantó hacia él, e inclinandose con dificultad levantó el pincel. "Bien merece el Tiziano-dijo con voz clara e imperiosa-que el César le sirva," y con una majestuosidad verdaderamente incomparable, alargó el pincel a mi padre que hincó una rodilla en tierra para recibirlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario